Instituciones de derecho procesal civil, 1996: port. (Santiago Sentís Melendo)

El 13 de enero de 1979 falleció en Buenos Aires don Santiago Sentís Melendo. Había nacido en Soria, España, hacía 78 años, abogándose a los 24 años en la Universidad de Barcelona para ingresar inmediatamente, por oposición, a la carrera judicial, en la que se desempeño como Juez de Primera Instancia primero y luego acceder a la Inspección General de los Tribunales de Cataluña. Al término de la guerra civil, como innúmeros republicanos, comenzó el amargo exilio en Francia, que continúa luego con el cruce del Atlántico, recalando en Colombia para asentarse definitivamente en Argentina, adoptando nuestra ciudadanía. Su esfuerzo es el nacido del enojo y la esperanza –pareja española– que sale al mundo. De estas dos vertientes y al cobijo de esas circunstancias envolventes, estaba hecha la pasta humana de Sentís: incitador, liberal, español, gran europeo. No puede haber dudas de que la pérdida de Sentís a todos nos empobreció. Sentís ha quedado inseparablemente asociado a Iberoamérica, que hoy por tantas causas necesita de la ejemplaridad. Contribuyó no sólo a dilatar la dimensión de la teoría del proceso sino al mejoramiento de la condición humana que es la más alta de las formas que tiene el hombre de pagar su deber hacia la vida. Porque él, al igual que Mercader, fieles así mismos, peregrinos de una causa ideal, supo del deber de honradez, libertad y verdad. Estaba en cierto que –según apunta Mallea– de nada sirve un hombre al conjunto o a los otros si no se ha hecho antes sincero en sí, claro y desnudo en su corazón, fuerte y honesto en su conciencia, esto es, hombre, verdaderamente hombre. Y Sentís lo fue con su espíritu de equidad, de nobleza, de exaltación severa de la vida, es decir, del sentido serio y noble de la existencia. Y al concluir, repetiremos que por todo lo que hizo y por lo que nos dejó; por el mérito de su obra e inacabables rentas para América y la España de sus dolores y saudades, …le demos reconocidas gracias. El nombre de Sentís ha quedado inseparablemente asociado a una de las etapas más espléndidas del procesalismo de las Españas, como gusta a Marías nominar el urbe hispánico. Y como Borges ha dicho de Victoria Ocampo, si quienes fuimos sus amigos personalmente mucho le adeudamos a Sentís, mucho más le debemos como argentinos y americanos. Nos consuela, sin embargo, el saber que no hemos cesado de utilizar sus enseñanzas y continuaremos haciéndolo para guiar desarrollos futuros. También estoy seguro que las clarinadas de Sentís han ayudado con ejemplaridad a abrir las perspectivas de la teoría del proceso. En todo caso bien vale para Sentís, y solo eso nos resta agregar, las palabras del viejo blasón de Castilla, Yo he hecho lo que he podido Fortuna lo que he querido https://www.facebook.com/472647836079582/posts/3683139645030369/, 23-03-2023