Estas páginas describen la historia de Gaspar, un joven que, cansado de no encontrarle un sentido a su vida, resuelve ir en búsqueda de la aldea de La Felicidad.
Con todo el entusiasmo a cuestas, espera recibir la aprobación de los habitantes de Villa Rutina, los que condicionados por sus propios miedos ridiculizan tal decisión, y además le advierten que el camino hacia la aldea es extremadamente riesgoso, pues tendrá tantos impedimentos por delante, que no habrá manera de poder encontrarla. Pero gracias a que un anciano lo ayuda a tomar conciencia de que nadie podrá sentir ni pensar por él, Gaspar decide emprender el viaje; y como no está dispuesto a deshacerse de ninguna de sus pertenencias, carga un pesado equipaje sobre su hombro y empieza a transitar.
Ni bien se adelanta en lo desconocido tropieza con lugares muy extraños, con personajes que desafían a toda su lógica y que los exponen frente a sus grandes vacilaciones.
Perdido por la incomprensión, comienza a poner en dudas a sus viejas creencias, las que no encajan en la nueva manera de pensar y de creer sobre sí mismo, sobre la vida, sobre el amor... sobre la muerte.
Por eso Gaspar se cuestiona lo que nunca antes se hubiese replanteado estando atrapado entre sus rígidas creencias:
¿Existe realmente la felicidad?
¿Es posible darle un nuevo significado emocional a situaciones ya vividas?
¿Por qué es tan complejo desapegarse de creencias y personas que limitan y condicionan?